lunes, 26 de diciembre de 2016

Concierto de Navidad 2016. Sociedad Filarmónica de Pilas

El pasado día 23 celebramos un concierto de Navidad en el hotel Lantana Garden (concretamente en la que fue la capilla del antiguo seminario de Pilas). Participó con la banda el alumnado de Lenguaje Musical de la escuela de música de Pilas y las alumnas de danza, además de la soprano Adela M. Espinosa de los Monteros (que cantó con faringitis y lo hizo lo mejor posible, todo sea dicho)
Abrimos el concierto con el Largo de la ópera Jerjes, de Haendel (1737)


La siguiente obra, también transcripción de música orquestal, fue la Danza Húngara nº 5 de J. Brahms.


Bueno, he dicho transcripción de música orquestal, pero quizás no es del todo correcto decir eso, cuando realmente las danzas húngaras fueron escritas originalmente para piano a 4 manos (https://youtu.be/PGXqwg5Lz3g). Y esta es un caso curioso porque la versión pianística está en Fa# menor y la transcripción para orquesta en Sol menor, misma tonalidad que la de la versión que aquí tocamos nosotros (tonalidad muy cómoda para la banda de música)
El tema de las tonalidades en las transcripciones para banda de música es interesante. Es bastante corriente encontrarnos que con respecto a la tonalidad original de la orquesta, las bandas tocamos con mucha frecuencia un tono más bajo, la mayoría de las veces por comodidad para los instrumentos afinados en Sib o Mib (clarinetes, saxofones, trompetas y fliscornos). En cuanto a mi forma de trabajar, yo suelo respetar la tonalidad original (aunque depende de a quién vaya dirigido el arreglo, por supuesto). No me cierro a cambiarla, pero tiene que ser porque se gane más con ello que al respetar la tonalidad real. En la mayoría de los casos se consigue comodidad y centrar la tesitura.

La siguiente obra fue la romanza Una rosa en su tallo, de Pablo Sorozabal, perteneciente a la zarzuela Don Manolito (1943), evidentemente también una transcripción (mía en este caso). Como dije más arriba, canta Adela M. Espinosa de los Monteros.


Este es el ejemplo idóneo en cuanto a lo que decía arriba en cuanto a las elecciones de las tonalidades para las transcripciones. La realicé partiendo de la partitura de voz y piano y escuchando la versión orquestal. La tonalidad original de la romanza es La menor y luego pasa a La Mayor. Esto en la banda da lugar a Si menor y Si Mayor para los instrumentos en Sib, y Fa# menor y Fa# Mayor para los instrumentos en Mib. Muchos sostenidos, muchos más de los que están habituados a tocar los músicos en su mayoría aficionados que forman las bandas de música.
¿Qué he hecho yo en este caso? Pues respetar la tonalidad original por la razón de que vamos acompañando a una voz y entiendo que aquí la altura real es importante para que la solista se luzca. Bajar un tono (Sol Mayor) hubiera sido mucho mejor para la banda, no así para la voz, que es la que tiene que lucirse. Subir medio tono (Sib Mayor) hubiera sido excesivo para la cantante, aunque hubiera hecho que los clarinetes solistas tocaran la segunda parte en Do mayor (tonalidad en la que seguro que tocan en la orquesta, porque esta es la típica pieza que pide a gritos clarinetes en La). En fin, en casos como este, el cambio de tonalidad para simplificar yo no lo contemplo como opción.
Y tengo que añadir otra cosa, la tontería esa de no poder tocar en todas las tonalidades se quita estudiando escalas y arpegios, y sobre todo tocando piezas en todas las tonalidades. Así que a apretarse, es lo que hay.

El concierto continuó (no recuerdo bien el orden) con dos piezas de Ferrer Ferrán. La primera de ellas fue el vals Destellos del alba, que como veréis hace que hagamos ejercicio:


La segunda, contó con la participación del alumnado de iniciación y de lenguaje musical de la escuela de música, y es El Sol Redó (que sintiéndolo mucho está repartido en 2 vídeos):





Continuamos con Noche de paz, compuesta allá por 1860 por Franz Xaber Gruber. El arreglo es mío también, y en él participan los niños la primera vez y la segunda vez la cantante solista.


Como dato anecdótico, me basé en la partitura original de orquesta para hacer este arreglo, de hecho en principio pensé hacerlo totalmente fiel. Pero abandoné pronto ese propósito, al ver que la melodía NO es exactamente igual que como la solemos cantar actualmente y hubiera sido problemático para la profesora trabajar con los niños una melodía distinta de la que acostumbran a oír. También difiere en cuanto a la tonalidad, ya que la original es Re Mayor, y aquí es Do Mayor, sobre todo para no forzar demasiado a los niños. Los vestigios de la pieza original están en algunos enlaces instrumentales que se escuchan en la 2ª parte, la repetición final, el arpegio de las trompas al principio (do Sol mi do), la armonización que acompaña a los niños y la coda final (copiada literalmente)

Inicio de Noche de Paz, ojo al arpegio de las trompas.
Finalizo esta entrada con una selección de números de El lago de los cisnes, de Piotr Ilich Tchaikovsky, en versión para banda. Este es el primero de los ballets que compuso su autor, y se estrenó en 1877. Por no ser pesado no voy a dar la tabarra aquí con las tonalidades elegidas para la transcripción (aquí habría para hablar largo y tendido). Se escuchan las siguientes piezas:
1- Escena (atención, medio tono más aguda que la original. Para nosotros muy cómoda la tonalidad, pero al oboe... creo que no le hace mucho chiste ese semitono hacia arriba, o es que está acostumbrado a tocarlo en Si menor)
2- Danza de los cisnes
3- Danza húngara
Bailan las alumnas de danza de la escuela de música de Pilas:


Y sólo me queda desear unas felices fiestas a quienes tienen a bien acercarse por aquí y ojear qué escribo. Reconozco que en esta entrada me he puesto un poco técnico, pero quien no entienda muy bien los asuntos que trato, hará bien en saltarse esos trozos y no se perderá nada importante. Y si alguien no opina como yo en referencia a eso, siéntase libre de expresarlo en forma de comentarios abajo.

lunes, 5 de diciembre de 2016

"Canto fúnebre" de Igor Stravinsky.

Este año está siendo interesante desde el punto de vista de los "encuentros de partituras desaparecidas". No hace mucho apareció el manuscrito de Noches en los jardines de España, de Manuel de Falla, en una biblioteca de Suiza (http://www.diariodecadiz.es/ocio/magico-hallazgo-obra-Falla_0_1086191475.html). Pero con todo lo especial e interesante que puede ser ese hallazgo, más curioso resulta el de la siguiente obra, perdida durante más de 100 años. Se trata del Canto fúnebre de Igor Stravinsky, compuesto en memoria de su maestro Nicolai Rimsky-Korsakov, fallecido en junio de 1908.
En el siguiente vídeo, Alexei Vasiliev, rector del conservatorio estatal de San Petersburgo nos comenta algunas cuestiones en cuanto al hallazgo, la elección del director que habría de estrenar la obra y dónde, y asuntos relativos a los derechos de autor.



Stravinsky, en el tercer capítulo del libro Crónicas de mi vida, explica lo siguiente acerca de esta obra:
De nuevo en el campo, se me ocurrió rendir homenaje a la memoria de mi maestro. Compuse el Canto fúnebre que fue ejecutado en otoño bajo la dirección de Felix Blumenfelt en el primer concierto Beláiev, consagrado a la memoria del gran músico difunto. Desgraciadamente la partitura de esta obra desapareció en Rusia durante la Revolución, como tantas otras obras que había dejado allí. Ya no me acuerdo de la música pero sí recuerdo bien la idea original. Era como un cortejo de todos los instrumentos solistas de la orquesta que, uno por uno, iban depositando su melodía sobre la tumba del maestro, a modo de corona, y todo ello sobre un fondo grave de murmullos en trémolo a la manera de voces de bajo cantando a coro. El público quedó muy impresionado, y yo también. ¿Fue acaso por el efecto de la atmósfera de duelo o el mérito de la propia composición? Hoy no sabría pronunciarme al respecto.
Aquí está la grabación del reestreno, que se produjo el pasado 2 de diciembre, a cargo de Valery Gergiev:


Pensar que Stravinsky escribió esto con unos 26 años es una de las típicas cosas que le hacen a uno preguntarse qué está haciendo con su vida. En fin.