domingo, 19 de mayo de 2013

Música Silvestre nº3: Percusión y piano vertical.

Sigo con estas cosas que tanto me gustan, y a las que casi que les dedicaría un blog entero... en este caso una improvisación para piano y percusión. Del piano me encargo yo y de la percusión nuestro amigo Antonio Carretero, del que podría decirse que este blog es casi suyo también, por todas las veces que aparece aquí de una u otra manera.

La improvisación que tengo el honor y el gusto (para mí lo es) de presentaros incorpora algunas mejoras y diferencias con improvisaciones anteriores. La principal es que en esta ocasión hemos mejorado los medios técnicos y la hemos grabado con una grabadora, y no con un móvil, como debe ser. Como siempre, no he retocado para nada el resultado. La otra incorporación que presenta con respecto a las demás piezas es que en esta ocasión, al tener el móvil libre y sin hacer nada, decidí grabar con él el principio de la pieza y reproducirlo desde la mitad (poco después del primer punto culminante, por llamarlo de alguna manera). El efecto es bastante discreto (por no decir que es casi nulo), sólo se escucha de vez en cuando el sonido de las percusiones y el piano empobrecidos por el altavoz del móvil, en contraste con el sonido real, bastante más presente. Al final, tras el arpegio ascendente del piano, podemos escuchar casi fundido en la resonancia el sonido del móvil reproduciendo hechos anteriores. Al acabar, simplemente bajé el volumen del móvil y ese recuerdo de la música anterior desaparece. Hablo en primera persona porque Antonio, enemigo declarado de estos sonidos hasta cierto punto artificiales, no estaba muy de acuerdo con este uso de la "electroacústica en tiempo real" (a nivel de andar por casa).

He aquí una foto de los instrumentos de percusión tal como los dispusimos:

Tenemos 5 sartenes, una paellera pequeña, una bandeja, 3 cencerros pequeños de alturas distintas, uno mediano en fa#, uno grande, crótalos, una pandereta en estado lamentable, un tamborcito pequeño, una darbuka y un bombo. Podemos observar la maza del bombo, y una baqueta dura de fabricación casera.
En esta ocasión, aunque no partimos de ningún plan preconcebido anteriormente, me entretuve en anotar todas las alturas que daban las distintas sartenes, bandejas y cencerros del juego de percusión, para tenerlas en cuenta. Evidentemente, este trabajo fue una aproximación (lo cual es mucho mejor) porque no dan alturas temperadas, pero da la casualidad los sonidos de estos instrumentos de cocina podían asimilarse a los armónicos del Fa# grave del piano, y decidí aprovechar esta circunstancia. Para ello le quitamos la tapa al piano de pared, dejando las cuerdas disponibles para distintas manipulaciones. Sin más, ahí va el resultado:

2 comentarios:

  1. Lo pasamos bien, resulta muy divertido. Me gustan sobre todo dos cosas de esta improvisación: Una es la comunicación que existe entre los dos intérpretes, de modo que se escuchan, imitan las células musicales y dialogan. La otra es el juego de ir y venir de las pulsaciones rítmicas que resultó ser muy emocionante durante la interpretación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy buenas, Don Antonio, siempre es un placer y un honor tenerle por aquí. Aviso que para la próxima voy a repetir la faena de grabar y reproducir en medio, y de forma más descarada, que aquí no se nota nada.

      Eliminar